Un poema triste más, sobre el cambio ambiental.

En el ocaso del bosque, susurra el viento apesadumbrado,
un lamento triste por lo que se ha desvanecido, desgarrado.
El eco del río llora por aguas cristalinas que ya no fluyen,
el cambio ambiental, un dolor que la naturaleza intuye.

Los árboles, testigos silentes de un tiempo que se desvanece,
sus hojas marchitas, sus raíces que en la sequía estremecen.
El canto de aves se torna melancólico, en notas desafinadas,
el cambio ambiental, una partitura rota, desgarrada.

El sol, oculto tras nubes grises, sus rayos perdidos,
la tristeza del cielo, en lágrimas que caen al suelo herido.
Los campos, antes verdes, ahora susurran sus quejas,
el cambio ambiental, un lamento que en la tierra deja.

En el eco del viento y el murmullo del mar distante,
se oye el llanto de la naturaleza, su voz resonante.
El hielo que se desvanece, el suspiro de un glaciar,
el cambio ambiental, un poema triste que se va.

En este lamento del planeta, un llamado a despertar,
cuidemos de la Tierra, antes que el llanto sea más pesar.
Que en cada lágrima caída, en cada suspiro apagado,
encontremos la fuerza para un cambio, un futuro restaurado.

@Brendasantiago