Un día Cambió mi historia.

La universidad no estaba en mis planes, un día me quedé sin trabajo, sin casa, sin familia y sin ilusión alguna, sin embargo, el destino me guardaba una agradable sorpresa.

Un día cualquiera llegué buscando a un amigo a Talavera 20, para mi fortuna no lo encontré, sin saberlo se abrió un portal a un mundo desconocido, en una lugar inesperado.

Hoy a catorce años de haber llegado,  le comentare un poco del barrio de la Merced, hoy 24 de septiembre se cumplen 61 años de su inauguración, desde niño he sido testigo de los preparativos, los arreglos y obviamente de las fiestas, veo que sea relajado, ya no es la misma emoción ni la misma intensidad con la que se vivían.

Nuevas generaciones han irrumpido y para algunos de ellos la fiesta sólo es un pretexto para beber y comer gratis, después de que se quemó, también los grandes vecinos y amigos se tuvieron que reubicar y con esto se rompió los lazos que los unían.

No son las misma reuniones, no son las mismas gentes no son los mismos cultos, y la economía tampoco es la misma. El mercado no ha sido restaurado en su totalidad aún una ala del inmueble se encuentra semidestruida, sin embargo, si están presentes los mariches, la banda y dos o tres orquestas, varias sacerdotes oficiando misa para festejar a a la virgen de la Merced patrona del mercado, la comida seguramente estará presente, el alcohol y a alegría,  pero ya no es la misma fiesta, con esto parte de nuestro acervo cultural se esta perdiendo, no por negligencia, sino sencillamente por olvido.

La música suena por todos lados, se confunden los ritmos y los estilos, el mariachi canta, la banda vibre, el grupo musical invita a bailar, pero la tradición sigue cambiando.

Hoy vi una Merced festejando, vi una mercado a medio funcionar. vi un pueblo dividido, vi una tradición que se está enterrando en el olvido y vi que un día mi historia cambió.